Cerebro y estímulos digitales en la infancia y la adolescencia
Qué sucede con los cerebros en desarrollo de niños, niñas y adolescentes que están creciendo en un mundo de múltiples pantallas, inmersos en un entorno cada vez más digital, y sobrecargado de estímulos tecnológicos.
El desarrollo del cerebro humano es un proceso fascinante y complejo que se extiende desde el nacimiento, pasando por la infancia y la adolescencia hasta llegar a la adultez. Las experiencias tempranas, especialmente en la primera infancia, y la sobreexposición a la tecnología pueden afectar el desarrollo emocional y cognitivo de niñas, niños y adolescentes.
Para profundizar en un tema tan complejo, con varias capas, exploraremos 3 puntos clave: las etapas del desarrollo cerebral que se caracterizan por cambios estructurales y funcionales, la plasticidad cerebral y los efectos de la sobreestimulación tecnológica.
Etapas del desarrollo cerebral
1. Primera infancia
Abarca desde el período de 0 a 6 años, en el que el nacimiento es considerado como cero. El peso del cerebro al nacer es de 370 gramos, muy poco; por eso, nacemos tan inmaduros. Pero a los 3 años ya pesa 1 kilo y 180 gramos, lo que implica el 8 por ciento del peso corporal y ¡el 84 por ciento del peso que tendrá el cerebro en la vida adulta!
En otras palabras, el desarrollo del cerebro en tan solo 3 años es fenomenal; por eso, son vitales las experiencias emocionales desde la gestación hasta los 3 años. En esta etapa, el cerebro experimenta un crecimiento rápido y una formación intensa de conexiones neuronales o sinapsis. El gran desarrollo de sinapsis ocurre porque tanto el bebé como los niños, en sus primeros años de vida, necesitan incorporar toda la información posible para conocer y asimilar su entorno, su ambiente de sensaciones y relaciones.
La interacción con madres, padres, cuidadores y el entorno es crucial ya que las experiencias vividas durante estos años dejan marcas profundas en el desarrollo emocional y cognitivo.
¡Imaginemos lo que puede llegar a causar una sobreexposición a las tecnologías en esta etapa tan sensible!
Antes de pasar a la siguiente etapa, la segunda infancia, necesitamos definir qué es la poda sináptica o poda neuronal, que ocurre durante el desarrollo cerebral. La poda sináptica consiste en la eliminación de conexiones sinápticas entre las neuronas en el cerebro que están en desuso.
Desde que nacemos y a medida que crecemos, nuestro cerebro desecha aquellas conexiones que no utilizamos, optimizando su eficiencia y adaptación al entorno.
Si no existiera la poda sináptica, el cerebro se llenaría de conexiones innecesarias, que consumirían demasiada energía, retrasarían la toma de decisiones y ocuparían mucho espacio.
Recordemos que durante la etapa embrionaria de la vida ya comienzan a formarse nuevas neuronas y conexiones sinápticas. En los primeros años de vida, tenemos un número muy superior de conexiones sinápticas y neuronales al que tenemos en la edad adulta. Esto permite establecer conexiones adecuadas para consolidar aprendizajes clave (como caminar, hablar, escribir) y desecha conexiones no utilizadas mediante la poda sináptica.
Especialmente en la infancia y en la adolescencia, el cerebro elimina las conexiones sinápticas que no hemos usado.
La sobreexposición a estímulos digitales puede interferir en la poda sináptica haciendo que el cerebro conserve conexiones que no son necesarias, ya que está siendo bombardeado con información que no tiene tiempo de procesar ni filtrar adecuadamente.
La retención de conexiones innecesarias puede llevar a una menor eficiencia en el procesamiento de la información: esto significa que el cerebro puede tener problemas de aprendizaje y dificultades para enfocarse en tareas importantes.
Podemos imaginar el cerebro de un niño como un jardín. Durante los primeros años, el jardín crece de manera exuberante con muchas plantas (conexiones neuronales). La poda sináptica es como un jardinero que elimina las plantas menos saludables para que las más fuertes y necesarias puedan crecer mejor. Si el jardín recibe demasiada agua y nutrientes (estimulación excesiva, sobreexposición digital), puede crecer de manera descontrolada, haciendo más difícil para el jardinero (el cerebro) decidir qué plantas eliminar. Si esto ocurriera, tendríamos un cerebro/jardín repleto de malezas.
Imagen: Dr. Hernán Aldana Marcos. / Accesibilidad: ir a la descripción detallada del gráfico sobre el peso del cerebro en relación con el peso corporal.
Imagen: Psicoactiva.com / Accesibilidad: ir a la descripción detallada del gráfico sobre el desarrollo de las conexiones neuronales.
2. Segunda infancia
Abarca de los 6 a los 12 años. En esta etapa, la poda continúa, y el cerebro se vuelve más eficiente. Así, los cerebros de las niñas y los niños comienzan a seleccionar las conexiones que son más relevantes para su desarrollo, mientras que las conexiones menos utilizadas se eliminan. El proceso de poda sináptica les permite tomar decisiones más informadas y aprender de manera más efectiva.
3. Adolescencia
Abarca de los 10 a los 20 años. La adolescencia es un período de cambios significativos en el cerebro, donde se producen reestructuraciones importantes. Aunque el cerebro ya ha pasado por un gran proceso de poda, la maduración continúa hasta aproximadamente los 25 años. Durante la adolescencia, las áreas del cerebro relacionadas con la toma de decisiones, el control de impulsos y la regulación emocional siguen desarrollándose. Esto explica en parte el comportamiento impulsivo y la búsqueda de nuevas experiencias que a menudo se observa en adolescentes.
Gráfico: eje X corresponde a edad en años y eje Y corresponde a etapas (estados) del desarrollo
Gráfico modificado por: Dr. Hernán Aldana Marcos / Fuente del gráfico: The age of adolescence - The Lancet Child & Adolescent Health / Accesibilidad: ir a la descripción detallada del gráfico sobre las etapas de la vida
Plasticidad cerebral
El éxito de la evolución humana se explica, en parte, por la maravillosa plasticidad del cerebro. Esta capacidad le permite adaptarse y cambiar en respuesta a las múltiples experiencias. Así, los seres humanos pueden adaptarse a diversos entornos, desde condiciones extremas hasta situaciones cotidianas. Sin embargo, esta capacidad también puede ser un arma de doble filo, ya que las experiencias negativas en la infancia pueden dejar huellas duraderas en el desarrollo emocional y cognitivo de niñas y niños.
Efectos posibles de la sobreestimulación tecnológica
La sobreestimulación es un estado provocado por un exceso de estímulos sensoriales, que puede generar una sensación de sobrecarga en uno o más de los sentidos. Esto mantiene al cerebro en un estado de excitación constante, lo que puede provocar síntomas de ansiedad y dificultad para concentrarse.
La exposición a la tecnología, especialmente en la primera infancia, puede tener efectos adversos en el desarrollo:
- Problemas de atención: niñas y niños que pasan mucho tiempo frente a la televisión y a pantallas presentan problemas de atención a medida que crecen. La sobreexposición a pantallas puede interferir con el desarrollo de habilidades de concentración y atención.
- Desarrollo del lenguaje: en bebés, la interacción con dispositivos como celulares y tabletas puede afectar el desarrollo del lenguaje. La falta de interacción verbal con madre, padre o tutores limita la adquisición de vocabulario y habilidades comunicativas.
- Relaciones sociales: la tecnología puede afectar la calidad de las relaciones sociales. Niñas y niños que pasan más tiempo con dispositivos pueden tener dificultades para interactuar con sus pares, lo que puede impactar su desarrollo emocional y social.
En los adolescentes, la tecnología fomenta la búsqueda de estímulos intensos que generen recompensas rápidas y fáciles, lo que puede llevar a la adicción, la disminución de la curiosidad y la motivación.
Imagen: Pixabay
Estrategias para manejar la sobreestimulación tecnológica
Para ayudar a niñas y niños a manejar la sobreestimulación tecnológica, es fundamental establecer límites en el tiempo de permanencia frente a pantallas y fomentar actividades que promuevan la interacción social y el juego al aire libre.
También se puede incentivar la curiosidad natural de las infancias a través de experiencias de aprendizaje prácticas y la exploración de la naturaleza. Es muy importante que padres, madres y educadores planifiquen el uso equilibrado de la tecnología, ofreciendo alternativas que estimulen el desarrollo emocional y cognitivo: como la lectura y el contacto temprano con el arte.
El desarrollo cerebral en la infancia y adolescencia es un proceso crítico que se ve influenciado por las experiencias y el entorno. La tecnología, aunque puede ofrecer beneficios, también presenta riesgos significativos si no se maneja adecuadamente. Es esencial que madres, padres y educadores comprendan estos aspectos para apoyar el desarrollo saludable de la niñez y la adolescencia en un mundo cada vez más sobrecargado de estímulos digitales.
* Especialista consultado: Dr. Hernán Aldana Marcos
Notas de accesibilidad
Descripción detallada del gráfico sobre el peso del cerebro en relación al peso corporal
Tres siluetas humanas con el cerebro resaltado en diferentes etapas vitales.
Cerebro de un recién nacido: 370 g. 12 % del peso corporal.
Cerebro de un niño de tres años: 1180 g. 8 % del peso corporal.
Cerebro de un adulto: 1380 g. 2 % del peso corporal.
El cerebro humano completamente desarrollado y funcional tarda más de 25 años. Un niño de 3 años ya tiene un 84 % del tamaño del cerebro adulto.
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Descripción detallada del gráfico de desarrollo de las conexiones neuronales desde la concepción hasta los 6 años
Una flecha que dice «Concepción» señala hacia la derecha. Le siguen siete muestras de redes neuronales: a las 36 semanas de gestación, recién nacido, 3 meses, 6 meses, 2 años, 4 años y 6 años. Bajo las primeras cinco, dice: «Formación sináptica o sinaptogénesis» y se puede ver un mayor número de neuronas y conexiones neuronales (sinapsis). Bajo las dos restantes, dice: «Poda sináptica» y se puede apreciar cómo se van eliminando conexiones que no son funcionales.
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Descripción detallada del gráfico de las etapas de la vida
El eje X representa el rango de edad (años). El eje Y representa el estado de desarrollo con sus términos específicos. Hay once etapas representadas en total, agrupadas bajo tres términos: niñez, adolescencia y adulto.
Niñez
Primera infancia: de 0 a 6 años. Niño escolarizado: de 5 a 15 años. Niño (Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño): de 0 a 18 años.
Adolescencia
Adolescente temprano: de 10 a 15 años. Teenagers: de 13 a 20 años. Adolescente mayor: de 14 a 20 años. Definición actual de adolescencia (OMS): de 10 a 20 años. Adolescencia expandida: de 10 a 25 años. Joven: de 15 a 25 años.
Adulto
Adulto joven: aproximadamente de 18 a 30 años (rango con límites difusos). Adulto emergente: de 17 a 30 años (el límite final de este rango tiene límites difusos). Adulto: de 17 en adelante.
Ficha
Publicado: 13 de agosto de 2024
Última modificación: 04 de septiembre de 2024
Audiencia
General
Área / disciplina
Biología
Educación Digital
Educación Tecnológica y Digital
Nivel
Primario
Primer Ciclo
Segundo Ciclo
Tercer Ciclo
Secundario
Ciclo Básico
Ciclo Orientado
Superior
Categoría
Artículos
Modalidad
Todas
Formato
Texto
Etiquetas
cerebro
sinapsis
estado de bienestar
educación digital
entornos digitales
Autor/es
Carina Maguregui
Otros contribuyentes
Educ.ar
Licencia
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