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Las invitadas pódcast: M. Conur

Retomar lo leído, lo escuchado en alguna parte y plasmarlo en un texto literario son los ensayos necesarios para la construcción de la voz literaria. En este recurso, se presentan algunas sugerencias para  la creación de un Taller de escritura libre donde los/as estudiantes lean y escriban sus propias historias. Sugerimos explorar la propuesta y escuchar el pódcast en el momento recomendado.


Las invitadas pódcast: M. Conur

LOCUTORA: ¿Por qué es importante contar historias? ¿Por qué es importante que las historias sean contadas desde distintos puntos de vista, desde múltiples lugares, desde diferentes realidades? Cada uno de nosotros tiene una mirada única sobre el mundo que habitamos y los hechos que en él suceden. Contar desde estas miradas individuales construye un relato colectivo más justo, diverso y fiel sobre la realidad. Esto es Las Invitadas, un pódcast de conversaciones con escritoras argentinas sobre la importancia de contar historias y cómo hacerlo. Bienvenidos y bienvenidas al segundo episodio de Las Invitadas. Nuestra invitada de hoy llega directo desde el conurbano bonaerense.

[Campanilla de timbre]

M. CONUR: Hola, soy M. Conur. No me defino como escritora, sino como creadora de contenido literario porque escribí un libro que ganó la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires el año pasado y también de contenido digital porque tengo un Instagram sobre el conurbano.

LOCUTORA: M. Conur nació en el conurbano bonaerense y de ahí surgió el apodo que hoy usa como único nombre. Creó una comunidad virtual en Instagram dedicada al conurbano que hoy tiene más de 43.000 seguidores. Su novela, Patadas en la boca, publicada por Editorial Odelia, fue ganadora de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires 2021-2022.

»Conur, ¿qué historias te interesan contar?

M. CONUR: Me interesa contar historias que genuinamente salgan de mí. Me gusta mucho esto de que se me ocurra algo, no entiendo bien por qué se me ocurre y seguir por ahí. No intento mostrar nada de la sociedad, del momento actual, pero eso obviamente sale sin que uno quiera porque uno está inmerso en este sistema. Así que nada, es una búsqueda muy personal, la verdad.

LOCUTORA: ¿Cómo empezaste a escribir? ¿Cómo es tu proceso a la hora de escribir?

M. CONUR: Bueno, tengo alguna idea en algún momento. No se me ocurren tantas ideas, tal vez una o dos al año, pero cuando viene la idea viene con todo, personajes, trama, todo. Primero paso bastante tiempo pensándola, como viendo esa película en mi cabeza. Después la escribo en un Word como puntos: qué va a ir pasando en la trama, cómo va avanzando la trama. Y después me siento a escribirla, siguiendo ese orden. Eso es como el esqueleto de las acciones, más que nada. Y después lo otro, en el momento que me siento a escribir, sale como el pasado de los personajes, los pensamientos, los sentimientos. Todo eso se va más espontáneamente, pero al mismo tiempo es algo que yo ya sé, como que no lo invento en el momento, sale como fluye, por suerte. Generalmente escribo y lo voy llevando al taller, donde van opinando mis compañeros, corrigiendo.

LOCUTORA: Justo eso queríamos preguntarte. Escribiste tu libro Patadas en la boca mientras hacías un taller literario. ¿Nos contás cómo fue esa experiencia?

M. CONUR: Sí, bueno, se me ocurrió la idea y yo, esto fue en el 2020, plena pandemia, yo estaba un poco en crisis y ni sabía si escribirlo o no, mi psicóloga me dijo: «sentate y escribila, después pensás otras cosas». Porque bueno, yo venía de escribir otras cosas que no me gustaban nunca, estaba como muy desconectada, en realidad, de lo que me gustaba, evidentemente. Bueno, empecé a escribir esto en taller, llevo el primer capítulo, escribo un par de capítulos y bueno, les va gustando a todos, a mí también, y al mismo tiempo me iban dando algunos consejos, a veces correcciones de detalles, «esta palabra no es linda, esta frase no queda bien, acá explicas demasiado», y así iba corrigiendo sobre la marcha, y bueno, fue avanzando así, un capítulo por semana, con mis compañeros y compañeras del taller.

LOCUTORA: ¿Y cuál es tu conclusión después de haber participado en talleres?

M. CONUR: Bueno, mi mirada sobre trabajar una obra en taller es que es superenriquecedor, me parece que la mirada de todos aporta mucho, sobre todo cuando el grupo es diverso, hay diferentes edades, gente de otras provincias, gente que tiene hijos, gente que no, y eso enriquece un montón la mirada de diferentes cosas de la obra, tanto de cómo está escrito y también del contenido. Es muy bueno cuando alguien marca «esto no se entiende» o «esto explica demasiado» o «ya lo entendí», ese tipo de cosas están buenas, esa mirada, y está bueno para mí ir construyendo en base a eso, no esperar a tener todo y después ir para atrás, porque a veces es más difícil eso para mí por lo menos, porque ya cuando me marcan algo en un capítulo, ya para el próximo lo sé. Yo en particular siempre tomo todas las críticas, siento que la crítica es la única instancia de aprendizaje, la verdad, porque el elogio está bueno, pero no te suma nada, siento que siempre hay algo que se puede mejorar, y por eso es importante estar en un taller, que la gente sea honesta, y también saber tolerar la crítica y entender que es sobre la obra y no sobre uno.

LOCUTORA: Estás escuchando a M. Conur en Las Invitadas Pódcast. Conur, ¿cómo determinás el tono del relato? ¿Cómo lo generás?

M. CONUR: Bueno, el tono del relato, la verdad es que no tengo ningún método para saber cuál es el mejor, generalmente lo primero que me sale es una primera en femenino, en pasado, pero por ejemplo, ahora estoy escribiendo otra novela, el año pasado la escribí hasta el capítulo 20, y este año dije: «algo no me cierra», y era el tono, ahora la estoy escribiendo en presente, entonces con el presente las escenas quedan más fuertes, más vívidas, y cuando se hace referencia al pasado queda mejor, porque es un pasado simple, no un pasado del pasado. Entonces creo que es ir probando, experimentando, vos podés ver los dos textos en los dos tiempos, y ver cuál te gusta más, ver cuál habilita tal vez más movimientos de recuerdos, de referencias, e ir probando, la verdad, por suerte escribir es gratis, así que no es como una pintura de capas, no podés probar cinco veces lo mismo, pero en la escritura sí, es abrir un Word y ir probando, para mí, no hay ningún método, creo.

LOCUTORA: Me gustó lo de la escritura, es gratis. ¿Qué tipos de personajes te interesan?

M. CONUR: Por ahora me gustan mucho los personajes jóvenes, lo que es el género coming of age, que es esto de hacerse adulto, creo que, si bien yo ya soy grande, todavía no siento que esté en una adultez, como llena de responsabilidades, entonces todavía me siento conectada a mi parte más adolescente, y me interesan estos personajes que están descubriendo a sí mismos mientras descubren el mundo, pero todavía tal vez no tienen este peso de tener que pagar un alquiler, ese tipo de cosas, como que me gusta ese lugar un poco más cómodo del adolescente mantenido, porque me permite explorar más el mundo de la historia sin tener ese peso que en un realismo tenés que tener, si tenés un personaje adulto, a menos que va con los padres, tiene que tener una vida más ordenada, y me gustan los personajes que son más densos psicológicamente, porque me encantan ese tipo de personajes en la literatura, en las películas, en la música, me parecen más enriquecedores, más complejos, más humanos, me interesa mucho eso, mostrar sobre todo las contradicciones que tenemos todos y que a veces no mostramos, me gusta mucho eso.

LOCUTORA: Bueno, en Patadas en la boca, tus personajes tienen como una tendencia al caos, como si eligieran siempre pararse sobre el abismo, ¿no?

M. CONUR: Sí, en los personajes me gusta mucho eso, ver como alguien que podría tener una vida tranquila, elige o tiende a no tenerla, a ir por otro camino, creo que esa es la exploración de los jóvenes, creo que está bueno que los jóvenes hagan, tal vez no desbandarse tanto, pero sí salir un poquito de la zona de confort, conocer otras cosas. Yo en la novela, en Patadas en la boca, y creo que en todo lo que escribo, no juzgo a los personajes, ninguno es bueno o malo, son humanos, algunos sí hacen cosas muy malas, pero no los juzgo como personajes buenos o malos, simplemente tienen ciertas acciones y cada lector las justificará, no las justificará o las condenará.

LOCUTORA: En tu libro hay una figura muy interesante, como que todo el tiempo los personajes hacen algo que dispara la acción, eso hace que nos mantenga enganchados a la historia, ¿nos explicás cómo usás ese recurso?

M. CONUR: Hernán Roncino, que fue profesor en la Bienal, me dijo que yo disparaba la acción a través de los diálogos, que los diálogos movilizaban mucho las acciones, y bueno, yo la verdad es que cuando me senté a escribirla no es que pensé, bueno, ¿cómo voy a movilizar la acción? No, simplemente se dio, pero yo creo que en todos los capítulos que escribo quiero contar algo, quiero que se vea algo y que algo destaque, no me gusta un capítulo que solo se cuente no sé, cómo es el lugar o que sea, y todo es a través de acciones porque no hay una reflexión, no hay un juicio, el narrador es en primera además, solo vemos su mirada, entonces tenemos que ver cómo actúan los demás, entonces bueno, eso sobre todo, porque para mí cada capítulo tiene que acabar tal vez con el taller, que vas a mostrarlo, en todos los capítulos tiene que haber algo que esté bueno, si no, si no pasa nada, no va.

[Campanilla de timbre]

LOCUTORA: Ellas nos visitan, pero en lugar de masitas para compartir, nos traen palabras, historias, personajes, sus puntos de vista, sus voces. Ellas son las invitadas.

»Conur, tu novela está contada desde la voz de un adolescente, ¿cómo hacés para que esa voz sea auténtica? ¿Cómo le das verdad no solo desde las temáticas que se abordan, sino desde el cómo se dice?

M. CONUR: Bueno, eso es complejo, si lo pienso así en términos teóricos, creo que tiene que ver un poco con el lenguaje, también con tal vez el nivel, por así decirlo, de pensamiento, como que siento que uno cuando es más adulto, repasa su vida y tiene otras reflexiones más profundas, y cuando uno es adolescente tal vez vive más todo, lo siente más profundamente, para mí tiene que ver con esa intensidad la del adolescente, estar muy metido en lo que te pasa ahora, en el momento. ¿Cómo lo construyo? No sé, la verdad es que me sale esa voz, siempre, por ejemplo, una vez intenté escribir en masculino y la verdad es que me costó muchísimo, es otro trabajo diferente creo, que algún día tal vez pueda hacer, pero ahora me siento más cómoda en la voz femenina, que es la que conozco más.

LOCUTORA: Vos escribiste una ficción, sin embargo en una entrevista comentabas que este libro generó identificación en muchos lectores, que te llegaban mensajes que contaban su propia historia. ¿Cómo pensás esta relación entre la ficción y la identificación de los lectores? ¿Es algo buscado?

M. CONUR: Bueno, la verdad es que es sorprendente para mí los mensajes que me llegan, a veces de gente contándome su propia historia, a veces cosas bastante trágicas que les han pasado, cómo se sienten, y experiencias cercanas a la muerte a veces, y gente joven, y para mí es una locura, nunca sé qué decir, como que me dan ganas de abrazar a la persona, siento que a veces no hay nada que uno pueda decir, más que escuchar, yo muchas veces los sigo, por ver sus historias, tirarles buena onda, porque no me sale más que eso, pero creo que la gente, muchas me preguntan y ondan a ver si es real la historia, si me pasó a mí, no me pasó a mí, pero siento que si bien eso no me pasó a mí, no deja de ser algo real, que seguramente le pasa a mucha gente, algunas cosas, no todo, y también cierto sentimiento atrás de dolor, frustración, sí es real, pero por otras cosas que me han pasado a mí, que no son tan divertidas ni tan interesantes, creo, como la novela, pero bueno, es genuino lo que está escrito, si bien es ficción, creo que la gente conecta por ahí, y bueno, también hay una realidad que la gente que vive cierto tipo de cosas se siente atraída por una literatura a veces que tenga que ver con eso, entonces todo se va conectando.

LOCUTORA: Bueno, también sucede que vos escribís una historia, pero quien lee crea nuevas interpretaciones de esa historia, ¿no?

M. CONUR: Y bueno, eso me parece muy loco, como que uno piensa que es súper claro, pero hay gente que le da otras interpretaciones, otra vuelta, hay gente que, no sé, le gusta un personaje que a mí no me gusta, por ejemplo, y creo que es lo interesante de eso, a veces me han dado algunas interpretaciones que digo: «uy, están hablando de mí, no están hablando de mi novela», pero está buena esa lectura, me parece una locura, pero me encanta.

LOCUTORA: Además de escribir literatura, también realizás publicaciones artísticas en Instagram en tu cuenta Conurmaps. ¿Cómo pensás la escritura en ese ámbito? ¿Cómo es contar historias en ese formato?

M. CONUR: Bueno, en ese ámbito de redes creo que la escritura tiene que ser mucho más simple, corta, directa, la gente, creo yo, no va a leer un montón ahí, tampoco es la idea, por eso pongo imágenes y una oración o dos que las describan, también, de la manera más simple posible. Me encanta lo que se da en los comentarios, que es donde realmente se da la escritura interesante, que es cuando la gente en los comentarios cuenta anécdotas, tira chistes, como que se va construyendo en comunidad y eso está buenísimo, el sentido de las fotos.

LOCUTORA: ¿Vos creés que es también una forma de literatura, de contar historias?

M. CONUR: Sí, creo que es una forma de contar historias las fotografías, si yo no saco las fotos, simplemente las capturo de Google Maps o comparto de otras personas, siento que las fotos, me encantan las fotografías, no saco fotos, pero me gusta ver fotos, siento que es una manera de contar una historia, y al igual que en la literatura, en las fotos es como que hay algo siempre no dicho y uno juega mucho con eso, porque ve las fotos y se imagina el contexto, uno no sabe, se imagina y con la literatura pasa un poco lo mismo, se imagina lo que no está.

LOCUTORA: Sin embargo, esa bajada que vos hacés, ¿resignifica la fotografía?

M. CONUR: Totalmente, sí, yo creo que lo que uno escribe al pie de las fotos, lo que le da un significado, que puede ser trágico, cómico, lo que sea, es como que sí, lo enmarca completamente, la palabra tiene un poco ese poder como de marcar el pensamiento de la gente, pero igual deja lugar siempre a dudas.

LOCUTORA: Bueno, en tu presentación decías que no te definís como una escritora, sino como una creadora de contenido, ¿por qué?

M. CONUR: Bueno, a mí me pasa con el término escritor o escritora, que me parece súper solemne como que yo lo asocio, no sé, a algo más académico, es como que a veces leo en Instagram cosas que suben escritores publicados y no publicados, bueno, se cuestionan esto, cuándo sos escritor, cuándo no, o ponen cosas que supuestamente le pasan a los escritores o a las escritoras y no siempre empatizo, entonces digo, bueno, como que no me gusta subirme a eso de soy escritor como una identidad, sino más como algo que hago, bueno, es algo que hago y que me gusta mucho, me fascina, es más, siempre siento que soy más lectora que escritora porque leo más de lo que escribo, como todo el mundo supongo, pero bueno, uno no se define lector, ¿por qué se definiría escritor? No sé, me parece algo muy de currículum.

LOCUTORA: Estás escuchando a M. Conur en las Invitadas Pódcast. ¿Qué momento identificarías como el momento en que empezaste a escribir o te interesaste por la escritura?

M. CONUR: Siempre, o sea, no siempre me gustó leer, pero desde séptimo grado que leí un libro que me gustó empecé a leer y en secundaria hice un taller literario en un instituto barrial que la verdad que no tuve mucha suerte y no la pasé muy bien, los libros que recomendaban no me gustaban y me fui, pero ya tenía como esa intención de escribir y de ser consciente que no lo hacía bien y que tenía que ir a taller y bueno, en la universidad fue un taller gratuito que me gustaba, pero, bueno, era un taller muy cortito que nos daba tiempo de escritura ahí, era como bueno, poquita clase y más práctico y ahí conocí a una chica que me llevó a otro taller y bueno, ahí me quedé hasta bueno, hasta la pandemia que hice esta novela.

LOCUTORA: ¿Y por qué elegiste como seudónimo CONUR?

M. CONUR: Yo no me puse como seudónimo M CONUR sino que, bueno, M sí, pero CONUR no cuando empecé la cuenta a veces ponía stickers de preguntas y la gente preguntaba cómo me llamaba y yo no quería decir porque no quería decir si era hombre o mujer, no quería dar ningún dato entonces decía no digo y la gente espontáneamente empezó a decir CONUR por CONURMAPS, o sea y como la gente me llamaba así bastó que una persona me llamara así en una respuesta y que yo lo publicara que más personas me llamaran así por mensaje o en los comentarios de Instagram la verdad que un poco dije uy, pero la gente tal vez no me toma en serio si no tengo un nombre o un apellido, después dije que me importa ya está, que me tomen como quieran tomar yo sé que lo que vale es lo que escribo, no cómo me llamo.

LOCUTORA: ¿Para vos qué lugar tiene el CONURBANO en tus producciones artísticas?

M. CONUR: Tiene cierta influencia obviamente pues lo que conozco, donde vivo, donde nací y además me parece algo superamplio, o sea querés escribir sobre chetos que viven en una mansión, como aparece en el libro en una parte es el CONURBANO, querés escribir una clase media, una clase baja, lo que sea, también está en el CONURBANO está todo, pero bueno, no quiero que sea algo que me limite como si ahora, no sé, estoy escribiendo parte de la novela pasa en Bariloche porque están de vacaciones y bueno, pasa ahí. Intenté, tal vez un poco por lo que sentía cierta presión de que tenía que representar al CONURBANO escribir algo sobre eso, pero la verdad es que fue muy forzado y no me gustó, tiré esa novela, ni siquiera la terminé, escribí 80 páginas la tiré, y bueno, intento ir por lo que se me ocurre espontáneamente, que no siempre soy CONURBANO.

LOCUTORA: Tus novelas tienen una densidad psicológica y le das mucho lugar a ese aspecto en los personajes, ¿por qué?

M. CONUR: A mí la verdad es que los personajes, me los imagino así, vienen tienen a veces algunos rasgos de gente que conozco pero no están inspirados en nadie, son así como son y para mí en una historia, en un cuento en una novela, lo más importante son los personajes porque a través de sus ojos es que vemos la novela, la historia cualquier cosa que pasa tiene otro tenor a través de una mirada u otra, me parece muy importante y es con lo que además el lector empatiza con el otro ser humano, no con un acontecimiento en sí mismo y bueno, a mí, como dije antes me gusta mucho, yo soy psicóloga todo lo que tenga que ver con la sombra del ser humano, su oscuridad, sus secretos su historia personal, me gusta mucho crear estos personajes siempre con un pasado y con una historia compleja y contradictoria.

LOCUTORA: ¿Y cómo construís ese perfil en tus personajes? ¿Tenés algún método?

M. CONUR: Yo creo que siempre algo, tal vez tenga que ver específicamente con los personajes, pero de mi escritura siempre para mí es oraciones bastante cortas y una narrativa que avanza y al mismo tiempo se detienen algunas cosas que en lo que se detiene el personaje mira, te das cuenta sin que te lo diga que tiene que ver con los rasgos de la personalidad de ese personaje que por eso lo está mirando y por eso está deteniendo ahí pero no tengo como ningún método, como que lo hago, escribo y siempre la narradora por ejemplo, me centro más en lo que mira, lo que huele, lo que le pasa lo que recuerda y los otros personajes están más presentados a través de acciones y de sus opiniones tal vez sobre ciertos temas en diálogos como diciendo que a veces una opinión sobre un tema dice mucho sobre una persona, como que siempre hay que jugar con lo que el lector repara porque a veces un mínimo gesto, no sé, tiene cierta zapatilla ya te dice un montón, porque en nuestra cabeza ya tenemos armado así el mundo como muy simplificado alguien que toma cierta marca de champán es una cosa, alguien que mezcla otras bebidas es otra, es como que en nuestra cabeza lo tenemos simplificado y apela mucho a eso, más que en adjetivar.

LOCUTORA: Bueno, teniendo en cuenta que estos podcasts están dirigidos a jóvenes, ¿por qué creés que es importante contar historias?

M. CONUR: Bueno, primero que todo es importante que los jóvenes escriban porque yo quiero leerlos, me interesa leer gente más joven que yo. yo tengo internet desde que tengo 6, por ejemplo, desde que tengo 6 años me interesa ver cómo escribe alguien que nació con internet, nació con redes, que los padres los pusieron desde que nació en Instagram y nada, creo que son experiencias de vida completamente diferentes a las que tuve yo o tuvo gente más grande y por eso vale la pena que lo cuenten, aunque escriban una ficción aunque sea incluso una ficción histórica, siempre se cuela esa mirada generacional y creo que está muy buena.

LOCUTORA: Conur, ¿qué consejos le darías a alguien que está interesado en empezar a escribir que quiere contar un relato o una historia, pero no termina de animarse?

M. CONUR: Bueno, a alguien que recién empieza a escribir, le recomendaría que cuando se le ocurra una idea, se aferre a esa idea, la piense juegue con esa idea en su mente que se dé ese tiempo y después cuando ya sabe bien de qué se trata, se siente a escribir y lo hace sin ninguna presión, es como si fuera un diario, escribir una ficción como si fuera un diario, como si no lo fuera a ver nadie, después pueden ir trabajando el texto o dejarlo si les aburre y empezar otra cosa, eso está bueno. Creo que deberían hacerlo porque es algo muy divertido cuando pasan los años, uno lee lo que escribió cuando era más chico y está muy bueno, es como un regalo que uno le hace a su yo del futuro, siempre vale la pena hacerlo y encontrar la diversión y el disfrute en eso. Yo escribo porque me encanta, me divierte como que uno muchas veces consume arte de otros, pero siempre es como que nada es del todo perfecto y nos gustaría ver algo particular, hay que ir y escribir sobre eso, sobre lo que no está escrito o lo que no leímos nunca y sobre lo que nos interesa, no soy tan militante de escribir ideas muy pensadas muy lógicas, tipo quiero escribir esto porque lo que te salga siempre va a estar bien y va a ser único.

LOCUTORA: Este fue otro episodio de Las Invitadas, un pódcast de conversaciones con escritoras argentinas, sobre la importancia de contar historias y cómo hacerlo. Las Invitadas es una producción de Educ.ar Pódcast. Educ.ar, Ministerio de Educación de la Nación.

Un bonus de #MConur

LOCUTORA: En su paso por Las Invitadas, M. Conur nos dejó un fragmento de su libro Patadas en la boca.

M. CONUR: Era la primera semana de abril y todavía no teníamos buzo de egresados. Desde donde estábamos se escuchaban los gritos de nuestros padres en reunión, adentro del aula, hablando del tema. Nosotros, quinto año entero, mirábamos el cielo desparramado sobre las baldosas del patio, bajo los últimos rayos del sol de la tarde. Los que habían fumado porro encontraban formas de animales en las nubes. Un gato, un camión, un elefante con sombrero. Yo solo veía manchas grises, la tormenta que venía.

»Sabíamos que la reunión no era por la ropa. Debatían si Edilio, después de haber estado un año en un instituto de menores, podía o no volver al colegio. Los directivos estaban de acuerdo, pero la decisión final era de los padres. Como nenes que imitan a los adultos, discutimos lo mismo entre compañeros. Algunos estaban indignados, lo criticaban como si fueran perfectos. Nadie, excepto yo, quería que volviera.

LOCUTORA: Escuchábamos un fragmento del libro Patadas en la boca por M. Conur en Las Invitadas. Las Invitadas es una producción de Educ.ar Pódcast. Educ.ar, Ministerio de Educación de la Nación.

En el marco del proyecto Las invitadas pódcast donde conversamos con escritoras argentinas sobre sus procesos de creación, ofrecemos algunas propuestas de enseñanza y aprendizaje. Se tratan de sugerencias de modo que, como docentes, podamos abordar y adecuarlas, teniendo presente la no linealidad, no secuencialidad y no progresión de los contenidos.

El pódcast es un objeto cultural contemporáneo, una serie episódica de contenido en audio, disponible a través de un archivo que se puede descargar o escuchar en línea. Este objeto sonoro es un formato bajo demanda que se puede grabar y editar muchas veces; la persona usuaria lo escucha cuando desea hacerlo. 

Partimos de este recurso para acercar a las/os estudiantes a la lectura y la escritura creativa a la vez que puedan desarrollar la comprensión lectora, la capacidad crítica y la sensibilidad estética así como también, conocer las experiencias y los procesos de escritura que conlleva la realización de una obra literaria.

Las invitadas pódcast llega para compartir, con docentes y estudiantes, un territorio polifónico en donde la escritura y la lectura se materializan como un derecho.

El pódcast resuena en la escuela: Taller de escritura libre

Escribir y dejarse llevar por la escritura sin saber hacia dónde. Sumirse en el desconcierto que nos arroja el despliegue de las frases. Retomar lo leído, lo escuchado en alguna parte y plasmarlo en un texto literario son los ensayos necesarios para la construcción de la voz literaria. Te proponemos realizar con los/as estudiantes un taller de lectura y escritura donde se promueva el despliegue de la imaginación, fluyan las ideas de manera libre con la intención de materializar los pensamientos a través de la escritura. Les damos la bienvenida al Taller de escritura libre. En este caso, nos inspiramos en el episodio de M. Conur quien comparte su experiencia acerca de cómo fue escribir el libro Patadas en la boca, en el marco de un taller de lectura y escritura.

La palabra «taller» ya indica su significación pedagógica: lugar donde se pondera el saber-hacer. Allí, cada uno/a oye, lee, piensa, cuenta, escribe y se transforma. El taller de escritura consiste en un laboratorio en el que se accede al lenguaje bajo un enfoque vivencial, explorando uno/a mismo/a y compartiendo con las demás personas esa experiencia que pone en primer término la satisfacción que genera esa búsqueda: un espacio de lectura, comprensión, reflexión y reelaboración de las ideas para expresar opiniones, construir historias, entre otras cuestiones.

Las actividades que se ponderan en los talleres de escritura consisten en la lectura de textos, su análisis de manera colectiva y la propia escritura bajo premisas establecidas que fomentan la reflexión literaria y abarcan el desarrollo de la capacidad crítica y creativa de quienes vivencian la experiencia.

La construcción de un taller de escritura posibilita la creación de historias, la reflexión y el debate, tanto a partir de las obras leídas y escritas en el marco de una propuesta incluso, considerando narraciones orales oídas e inventadas por los/as estudiantes.

Ahora sí, llegó el momento de oír el episodio Las invitadas pódcast: M. Conur que podés encontrarlo al inicio de la nota. Este episodio, se trata de un gran punto de partida para inspirarnos a la hora de crear el Taller de escritura libre y a su vez, utilizar dicho recurso como disparador en el marco de dicha propuesta.

Momento de Imaginar
«(...) escribir la ficción como si fuera un diario, un regalo que le hacemos a nuestro yo del futuro. Hay que escribir sobre lo que no está escrito, sobre lo que uno busca y no encuentra, sobre lo que a uno le interesa (...). Siempre va a valer la pena escribir esas ideas, lo que te salga. Siempre lo que te salga va a estar bien y va a ser único (...)»


El punto de partida de la escritura puede ser una imagen, una historia, un relato. Se trata de crear un Taller de escritura libre, una instancia donde los/las estudiantes se puedan expresar, priorizando sus intereses, sus historias, sus particularidades como punto de partida para descubrir el valor de la escritura. Es decir, sin restricciones de forma ni contenido. Tal como ocurre con la escritura creativa, en este taller se invita a pensar, imaginar, descubrir, expresar ideas, recuerdos, sentimientos de manera libre y espontánea. 

En principio se recomienda generar instancias para el fluir de las ideas. Por ejemplo, compartiendo recursos inspiradores como diálogos, canciones, carteles, incluso la inmensidad de objetos culturales que proporciona internet o bien, particularmente las redes sociales. También, se pueden retomar obras de algún movimiento artístico como puede ser el surrealismo, el impresionismo o acudir a corrientes artísticas contemporáneas. Que los/as estudiantes puedan identificar y seleccionar materiales inspiradores resulta fundamental para que vayan exponiendo sus primeras ideas y puedan ensayar el relato. 

Como docentes es muy importante que acompañemos este proceso en el Taller de escritura libre, es decir, intervenir para que los/as estudiantes no critiquen sus propias ideas y dejen aflorar sus pensamientos aunque sean disparatados, desconcertantes. 

Momento de Ensayar
«(...) en el secundario participé de un taller literario en un Instituto Barrial, no la pasé muy bien y me fui. En ese momento, ya tenía la intención de escribir (...) En la facultad fui a un taller y después otra chica me invitó a sumarme al taller de Leticia [Martin], espacio que me llevó a hacer esta novela.»


En la escuela, generalmente, los/as estudiantes escriben para demostrar el conocimiento que estudiaron y tienen que repetir en una evaluaciones tradicional, sumativa y que pondera el producto. También, escriben ante un trabajo práctico para argumentar sobre determinadas posiciones o cuestiones que se vienen abordando en una propuesta. Estas experiencias suelen generar en las/os estudiantes que escribir es algo que se hace por obligación y con restricciones de forma y contenido. 

En el Taller de escritura libre se espera brindar oportunidades para que los/as estudiantes puedan escribir con distintos propósitos, personales, sociales y creativos y, de este modo, visibilizar que la escritura se trata de un proceso de expresión así como, una oportunidad para la creación y reflexión. A su vez, el hecho de escribir podría posibilitar la construcción de relatos acerca de problemáticas sociales, culturales, históricas y políticas. 

No olvidemos que los/as estudiantes que habitan las escuelas están en proceso de construcción de una identidad consistente de sí mismos/as. Es importante, tener presente esta particularidad a la hora de acompañar a los/as estudiantes en sus procesos de escritura. Tal como nos advierte Zelmanovich: «Si tenemos en cuenta la necesidad de dar al adolescente lugar a ensayos en los que diferentes personajes puedan aparecer en escena, también podremos pensar en una escuela que le dé oportunidades para ensayar con adultos que puedan acompañar ese proceso, que hagan diferencia con lo que acontece afuera de ella (...) opciones que abren la posibilidad de que un deseo personal se ponga en juego» (Zelmanovich, 2015, p.7). 

Momento de Compartir
«(...) en las redes sociales la escritura tiene que ser de otra forma: más directa, más simple y en combinación con las fotos. Me encanta lo que se da en los posteos, ahí está la escritura realmente, se va construyendo en comunidad, otros sentidos a las fotos.»


Una vez que los/as estudiantes elaboran sus primeros relatos es momento de compartirlos. De este modo, se espera propiciar una espacio donde prevalezca la polifonía de voces, la escritura colaborativa y la lectura de distintos puntos de vista. Escuchar la devolución de un compañero/a posibilita la relectura de lo propio, desde una mirada distinta y posibilita revisar lo escrito. Se trata de promover una comunidad de escritores y escritoras en donde puedan realizar aportes en pos de una construcción colectiva. Tomando prestados los aportes de Schujman: «Para poder propiciar la participación de niños y adolescentes hay que poder confiar. Nosotros como adultos tenemos que confiar en las capacidades de estos niños y adolescentes para generar algo entre ellos (...) Para ello, tenemos que confiar en ellos, confiar en que ellos pueden hacerlo.» (Schujman, 2012, p.10). 

Promover una comunidad de escritores y escritoras en el marco del Taller de escritura libre también podría implicar trastocar los límites del espacio físico en donde ocurre la propuesta. Por ejemplo, parte de los relatos podrían compartirse en redes sociales para que otras personas hagan sus aportes. También, como comunidad podrían crear un hashtag que represente a los escritores y las escritoras que conforman el espacio (físico y digital). 

De este modo, tanto la creación como la participación de un Taller de escritura libre puede promover experiencias ricas, potentes, desde el punto de vista formativo. Es decir, aquellas vivencias que nos interpelan, que amplían nuestro horizonte y la comprensión del mundo en el que vivimos, sentirnos parte de él, incluirnos.

Un bonus de #MConur

Desde nuestro oficio de enseñar estamos constantemente creando relatos. Como docentes, elaboramos propuestas de enseñanza y aprendizaje para dotar sentidos a los contenidos educativos y de este modo, que los/as estudiantes interpreten, comprendan, transformen…

A modo de inspiración, les compartimos un fragmento donde M. Conur le pone su voz a su libro Patadas en la boca.

Un bonus de #MConur lo podés escuchar al inicio de la nota.

Fuentes

Schujman, G. (2012). La participación estudiantil como ejercicio responsable de la acción y la palabra. Conferencia en el marco del ciclo Cátedra Abierta, Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, Ministerio de Educación de la Nación.

Zelmanovich, P. (2015). Contra el desamparo. En: Enseñar Hoy. Una introducción a la Educación en tiempos de crisis. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Ficha

Publicado: 02 de noviembre de 2023

Última modificación: 06 de marzo de 2025

Audiencia

Docentes

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Artes Audiovisuales

Educación Digital

Lengua

Literatura

Lengua y Literatura

Tecnología Educativa

Prácticas del Lenguaje

Nivel

Secundario

Superior

Articulación primaria-secundaria

Categoría

Material pedagógico

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Todas

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