Mujeres y ciencia: una historia a medias
En la «historia oficial» de la ciencia siempre predominaron los logros de los hombres, invisibilizando la participación y el sacrificio de las mujeres. Necesitamos compartir las experiencias profesionales y personales de las investigadoras científicas argentinas, así como los obstáculos y prejuicios que tuvieron y tienen que sortear solo por ser mujeres.
Las mujeres investigadoras en la historia
En general, cuando preguntamos en la escuela, en la universidad o en cualquier otro ámbito quiénes fueron las investigadoras científicas más famosas de la historia argentina, casi todas y todos recordamos nombres de varones: Bernardo Houssay, Luis Federico Leloir, César Milstein..., pero no nos vienen nombres de mujeres a la mente, nos quedamos pensando. ¿No hubo mujeres investigadoras o no las conocemos?
Para reparar semejante omisión histórica, está el libro que escribió Valeria Edelsztein, doctora en química y divulgadora científica argentina: Cocinan, limpian y ganan el premio Nobel (y nadie se entera), publicado por Siglo Veintiuno Editores en 2012.
«Este libro pasa revista a las más increíbles, originales e ignoradas contribuciones científicas de las mujeres a lo largo del tiempo: desde Hipatia (la primera matemática de la historia, asesinada por su sabiduría) hasta Agnódice (quien ejercía la medicina vestida de hombre en el siglo III a. C.), desde la astrónoma musulmana Fátima (cuya existencia fue considerada "un error histórico") hasta Marie Curie (a quien la Academia Francesa de Ciencias le negó el ingreso). Pese a que durante muchísimo tiempo no les fue permitido estudiar o enseñar en la universidad, participar de instituciones científicas o simplemente aprender sobre el mundo y sus circunstancias, existieron mujeres que se las ingeniaron para dejar su huella en la ciencia». (Siglo Veintiuno Editores)
Edelsztein, que también es investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y docente, dice:
«Ocho palabras le[s] bastaron a los escritores de la revista norteamericana Family Health para describir la concepción que el mundo tenía de las mujeres en la ciencia cuando en 1977 Rosalyn Yalow ganó el premio de Medicina. El titular del mes de junio de 1978 fue: “She cooks, she cleans, she wins the Nobel” (“Cocina, limpia y gana el Nobel”). Así de simple.
La imagen popular de la ciencia y de los científicos se alimenta de muchos mitos creados por la ficción: Frankenstein, o Dr. Jekyll y Mr. Hyde son sólo ejemplos. Dos encuestas realizadas en 1957 y 1975 por la misma consultora llegaron a idénticas conclusiones: para la sociedad los científicos debían ser hombres mayores, pelados o con el pelo como Einstein que trabajan en laboratorios apartados, en temas secretos o peligrosos. Ni Rosalind Franklin, ni Linda Buck ni Elizabeth Blackburn podrían jamás dedicarse a la ciencia.
¿Está todo perdido? ¿Esa es la imagen de la ciencia y de los científicos en la sociedad?
Claro que no. Siempre hay trabajo por hacer.En nombre de todas, de las olvidadas, de las ocultas, de las escondidas, de las madres, las abuelas, las primas y hasta la señorita de San Nicolás que sabe coser y bordar hay que seguir haciendo ciencia y también contándola».
En este video de 1 minuto, Edelsztein nos ayuda a pensar por qué es tan importante visibilizar el trabajo de las mujeres científicas.
Los números alertan
Según informes del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), las mujeres enfrentan mayores obstáculos que sus pares varones para insertarse en el mercado de trabajo, acceder a empleos de calidad, sostener sus trayectorias laborales y ocupar puestos de decisión. Esto se acentúa en algunos sectores de la economía que habitualmente ofrecen trabajos mejor pagos, con menor informalidad, y son más dinámicos e innovadores. En particular, el campo de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (CTIM por sus siglas en castellano y STEM por sus siglas en inglés) es uno de los sectores con menor participación femenina, y también de los más relevantes en el marco de la llamada Cuarta Revolución Industrial.
¿Qué sucede con las mujeres en el ámbito CTIM en la Argentina?
Aunque 6 de cada 10 universitarias en la Argentina son mujeres, representan solo el 25 % del total de quienes estudian ingeniería y ciencias aplicadas, y el 15 % de las inscripciones en la carrera de programación. Las investigadoras están poco representadas en ciencias exactas y se concentran en los niveles iniciales de la carrera científica. También enfrentan mayores dificultades que los varones para acceder a financiamiento y publicar en revistas de prestigio.
El siguiente gráfico muestra la proporción de investigadoras del Conicet por categoría y cargo: asistentes, adjuntas, independientes, principales y superiores.
Fuente del gráfico: elaboración propia de CIPPEC sobre la base de datos del Conicet (2019).
Según otro informe global de 2020, el «The researcher journey through a gender lens» presentado por Elsevier —la mayor editorial de libros de medicina y literatura científica del planeta— a través de Scopus, su base de datos de referencias bibliográficas y citas, la Argentina tiene un 51 % de participación de mujeres en el campo de la investigación científica. Aunque es un buen número total, hay que tener en cuenta que, al analizar los diversos porcentajes por tareas realizadas, puestos obtenidos, diferenciación en jerarquías y poder en la toma de decisiones, los números para las mujeres se reducen mucho. Esto significa que la brecha de género sigue generando desigualdades y perjudicando a las mujeres científicas.
¿Qué son el techo y el bozal de cristal?
En el siguiente video, Agostina Mileo, licenciada en Ciencias Ambientales, máster en Comunicación Científica y doctoranda en Historia y Epistemología de la Ciencia, responde la pregunta en menos de 1 minuto.
Los techos de cristal persisten para las investigadoras en el Conicet. Pese a que su participación ha crecido significativamente en las últimas décadas y a que ellas representan más de la mitad del total de investigadoras/es del Conicet, su proporción cae a medida que aumenta la jerarquía del cargo. Solo el 25 % de quienes tienen la categoría de investigador superior en el Conicet son mujeres a pesar de que en la base de la carrera su porcentaje es superior al de los hombres.
¿Cómo se manifiesta la discriminación de género en el ámbito de la ciencia?
Silvina Ponce Dawson responde a esta pregunta en el siguiente video de 1 minuto. Ella es física, especialista en estudios de género en ciencia e investigadora principal del Conicet.
La pasión por los satélites
La científica Josefina Pérès es la jefa del proyecto SAOCOM, la más compleja de las iniciativas encaradas por la Argentina en materia satelital. Ella es la ingeniera que coordina un equipo de 900 personas y reparte su tiempo entre la ciencia y la danza. Fue la principal responsable del lanzamiento del satélite argentino SAOCOM 1B el 30 de agosto de 2020. En el siguiente video, Josefina cuenta cuál fue su experiencia personal en la carrera de ingeniería electrónica.
COVID-19 y mujeres investigadoras
En uno de los años más difíciles para toda la humanidad, la científica argentina Andrea Gamarnik llevó adelante un proyecto vital que hoy es realidad. Ella es viróloga, directora del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA-Conicet) y jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la Fundación Instituto Leloir. Desde marzo de 2020, el equipo científico que ella lidera desarrolló en un tiempo récord de 45 días el test COVIDAR IgG. Se trata de un test serológico que, a partir del análisis de muestras de sangre o de suero, permite determinar si una persona tiene anticuerpos contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2. El test arroja resultados en un par de horas y, entre otros fines, puede servir para evaluar la evolución de la pandemia de COVID-19 en las poblaciones. Argentina fue uno de los primeros países en el mundo en tener una forma de rastrear dónde estuvo el virus. Al día de hoy, ya se produjeron más de un millón de kits de COVIDAR para SARS-CoV-2, desde que en agosto de 2020 fueron aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y desarrollados en asociación con el Laboratorio Lemos.
En el siguiente video de 1 minuto y medio, Gamarnik cuenta cómo fue el trabajo para crear el test COVIDAR.
Ciencia y generaciones futuras
Julia D´Angelo es paleontóloga especializada en vertebrados, investiga en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, y en estos 50 segundos habla de la importancia de darle visibilidad al trabajo de mujeres científicas para inspirar a generaciones futuras.
Quién es quién en la ciencia argentina
¿Quién es esa científica? se trata de un acercamiento lúdico a las mujeres que hacen ciencia en la Argentina creado por Wikimedia Argentina en colaboración con Valeria Edelsztein y Agostina Mileo e ilustrado por Lina Castellanos. Es un juego pensado para las aulas que busca visibilizar a las científicas argentinas.
La actividad consta de dos etapas. Durante la primera, se reparte un manual con una minibiografía de 15 científicas argentinas cuyos artículos pueden encontrarse en Wikipedia. La clase, dividida en grupos, debe armar el mejor «apunte» posible con la información. En la segunda parte, solo podrán confiar en su resumen para responder las distintas consignas propuestas en un dado. Si al tirar el dado sale «¿A quién llamarías para?», los participantes deberán responder cuál de las científicas del manual es la adecuada para, por ejemplo, «saber dónde están las ballenas cuando no se las puede ver desde la costa». Otras opciones son «caras» (se ve una cara y deben decir quién es), «¿a quién encontrarías en?» (se muestran tarjetas con los lugares de trabajo de las investigadoras), «¿a quién se parece?» (deben establecer una relación entre el nombre de una científica y un personaje o una persona pública, por ejemplo, si sale el nombre de una arqueóloga una respuesta válida podría ser «Indiana Jones»).
La propuesta del juego responde a la necesidad de incluir ejemplos de mujeres que hacen ciencia, para conocerlas y tomarlas como referentes. Varios estudios recientes sugieren que a la hora de que las niñas elijan una carrera es más difícil que se inclinen por ciertas disciplinas si no han visto a otras mujeres ser exitosas en su ejercicio. Esta experiencia lúdica es también una oportunidad para que el tema de la brecha de género pueda discutirse en clase bajo la pregunta: ¿por qué si hay tantas mujeres haciendo ciencia no las conocemos?
Se pueden descargar gratuitamente el manual y los materiales de la propuesta en los siguientes enlaces:
Manual de «¿Quién es quién?» (PDF | 1.88 MB)
Plantilla para hacer el dado (PDF | 87 KB)
Plantilla de las postales, dorso (PDF | 5.51 MB)
Plantilla para las postales, frente (PDF | 3.42 MB)
Asumimos el compromiso
En esta nota, nombramos solo a algunas de las tantas mujeres que hacen ciencia en la Argentina. Para que la suya deje de ser una «historia a medias», todas y todos debemos asumir el compromiso de conocer, acompañar, defender y divulgar la importancia de su trabajo para el crecimiento de un país equitativo.
Notas de accesibilidad
Descripción detallada del gráfico del Conicet
Asistentes: varones 39 %, mujeres 61 %.
Adjuntos: varones 45 %, mujeres 55 %.
Independientes: varones 51 %, mujeres 49 %.
Principales: varones 58 %, mujeres 42 %.
Superiores: varones 75 %, mujeres 25 %
Ficha
Publicado: 08 de febrero de 2021
Última modificación: 12 de febrero de 2024
Audiencia
General
Área / disciplina
Ciencias Sociales
Ciencias Naturales
Ciencias
Nivel
Primario
Segundo Ciclo
Secundario
Superior
Categoría
Material audiovisual
Modalidad
Todas
Formato
Texto
Etiquetas
Científico-tecnológica
ciencia
Mujeres protagonistas
mujer científica
derechos de la mujer
Autor/es
Carina Maguregui
Otros contribuyentes
Educ.ar
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