Homenaje a Juana Azurduy en Sucre (Bolivia)
Homenaje histórico en la Casa de la Libertad de Sucre
Juana Azurduy de Padilla ya es Generala del Ejército argentino

Los
presidentes Cristina Fernández y Evo Morales hicieron historia,
valorando el patriotismo y la valentía de la ahora generala, Juana
Azurduy de Padilla. |
• Morales condecoró a la presidenta argentina con el Cóndor de los Andes en el Grado de Gran Collar.
• Los mandatarios le rindieron homenaje y presidente Morales sorprendió
por su elocuencia histórica sobre la vida de Juana Azurduy.
• La imagen de la heroína boliviana estará al lado de Eva Perón y las
Madres de la Plaza de Mayo en la Casa Rosada de Buenos Aires.
Sucre
volvió a constituirse en escenario histórico. La presidenta de
Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, confirió ayer a la heroína
boliviana Juana Azurduy de Padilla, el grado de Generala del Ejército
argentino, durante una sesión de honor de la Asamblea Legislativa
Plurinacional, cumplida en la Casa de la Libertad de la ciudad de Sucre.
Fernández,
que llegó acompañada de su canciller, Jorge Taiana y una delegación de
alto nivel, entregó al presidente Evo Morales, el sable de Generala del
Ejército que fue depositado junto a los restos mortales de la heroína
Juana Azurduy, custodiados en un museo de héroes ubicado en la Casa de
la Libertad.
La decisión de ascenderla de Teniente
coronela a Generala del Ejército fue aprobada por el Poder Ejecutivo
argentino el 14 de julio de 2009, en reconocimiento histórico al valor
de Juana Azurduy de Padilla para enfrentar junto al general argentino
Manuel Belgrano a las fuerzas de la colonia española en busca de la
independencia de las tierras de La Plata y el Alto Perú.
En
retribución, el presidente Evo Morales, la condecoró con el Cóndor de
los Andes en el Grado de Gran Collar, la máxima distinción conferida
por el Estado boliviano a los presidentes y jefes de Estado.
Juana
Azurduy nació el 12 de julio de 1780, casada con Manuel Ascencio
Padilla, y tuvo cinco hijos que murieron en distintas edades en tiempos
de combate, por cuyo valor fue consagrada como heroína nacional. Murió
a los 82 años el 25 de mayo de 1862 en Chuquisaca, fecha coincidente
con el primer grito libertario del continente.
EJEMPLO DE VALENTÍA
La
presidente Fernández expresó su emoción por ser partícipe de un momento
histórico en la Casa de la Libertad de rendir homenaje a una mujer
revolucionaria, ejemplo de valentía porque prefirió perder a su esposo
y entregar sus hijos uno a uno para continuar su lucha.
“Ella
representa a miles y miles de hombres y mujeres anónimos sin los cuales
hubiera sido imposible ganar la batalla de la libertad y proclamar la
independencia de América del sur junto al general Manuel Belgrano que
no era militar, sino un político que se hizo militar para liberar a la
patria”, manifestó a tiempo de ponderar la actitud de rendir homenaje a
los líderes indígenas como Tupac Amaru en Perú a donde también asistió.
“Es
un gran honor hoy aquí, frente a ella, frente a sus restos para
imponerle y entregarle a usted presidente Evo Morales, la espada de
Generala del Ejército argentino, que se lo entrego con mucho honor y
gloria para ella, para nuestro pueblo y para una historia que siempre
nos han escamoteado y escondido”, dijo la Presidenta.
Fernández
admitió que cuando fue estudiante de colegio no conocía esta parte de
la historia, sino cuando leyó otros libros a los que no tenía acceso, y
pudo entender mejor cuando la popular Mercedes Sosa cantaba con tanta
pasión a Juana Azurduy.
Tomando en cuenta el valor de
la guerrillera boliviana, aseguró que desde que promulgó el Decreto
para la ascenderla de cargo, instruyó que en la Casa Rosada de Buenos
Aires, tenga un espacio en el Salón de las Mujeres del Bicentenario
junto a su espada cruzada en el pecho para compartir junto a la imagen
de Eva Perón y a las Madres de Plaza de Mayo.
Sostuvo
que a los 200 años de la muerte de Juana Azurduy, se presentan
paradigmas para seguir luchando por dos clases de libertades: la
libertad de cada pueblo y la libertad de los pueblos a elegir en
elecciones libres, democráticas, populares, universales sin
proscripciones, a sus legítimos representantes.
Artículo publicado por el periódico boliviano “El Diario”, 27 de marzo de 2010.